Un gran dinamismo los lanzará a los dos hacia delante.
Ninguno de los dos habrá de ser arrastrado.
El mismo fuego los invade.
El mismo odio por el tiempo perdido.
Nunca leerán a Proust al borde de un río.
Se romperán las piernas al mismo tiempo en las pendientes nevadas.
Reirán locamente y se darán palmadas en la espalda.
Será un amor parecido a la camaradería viril.
Sin embargo, sin embargo…
Sagitario no puede estar totalmente satisfecho: un Aries nunca está a la altura del ideal de Sagitario.
